sábado, 31 de julio de 2010

MACabra inspiración....



Ya nada asusta en el mundo de la publicidad.
El afan de subir las ventas, innovar o impactar parece una frenética carrera donde poco importa la estética, pero menos aun la ética.

Pero en está ocasión, la firma MAC- Rodarte, de Estee Lauder, ha superado todos los limites y las reglas.

A esta firma de potingues varios, no se le ha ocurrido otra cosa que crear una campaña inspirada en los crímenes de las mujeres de Ciudad Juarez.
Y asi, se permiten el lujo de bautizar algunos de sus productos con nombres como: fábrica, páramo, quinceañera.

Maquillajes de adolescentes cadavéricas, sombras de ojos con color de sangre y tierra, apología a la muerte y la impotencia de tantas desaparecidas y asesinadas de esta tierra sin ley.




Quizá porque me comprometí con este tema, y tuve ocasión de conocer personalmente a los abogados que llevaron el primer caso a un tribunal internacional, no he podido evitar la indignación y la rabia al ver noticias como esta.

No sé que tipo de mujer puede estar interesada en parecerse a una desdichada e indefensa victima de esta violencia sin control, emulado su aspecto con cuatro menjunjes.

Ahora la firma ante la pólemica, rectifica y hasta ofrece una compesación a las familias de las victimas.Demasiado tarde.

Señores, la próxima vez, inspirense en florecillas, prados verdes o búcolico ganado pastando y piensen un poco en la sensibilidad de las personas.

viernes, 9 de julio de 2010

El "clan" de la Luz





Parece que no es la primera vez que ocurre, pero yo es la primera vez que lo veo y me ha parecido tema para una reflexión este caluroso viernes de julio.

Estos días, la prestigiosa clínica de la Luz, muy cercana a mi trabajo, se ha llenado de furgonetas.

Seguramente, un patriarca o una madre querida, permanece ingresada en dicha clínica.
Hasta allí se han concentrado casi un centenar de familiares, todos ellos gitanos.
En grupos esperan noticias.

Entre la colorida vestimenta, siempre a la última debido a que muchos de ellos viven de los mercadillos textiles, se mezclan cochecitos de niños, garrafas de agua, neveras, sillas de playa...

Ayer cuando salí del trabajo, estaban montando una mesa de madera castellana, con sus sillas y todo en plena cera, para pasar la abrasadora noche que hemos sufrido en Madrid.

Hoy, temprano al volver, dormían casi todos ellos con las ventanas bajadas de sus furgonetas, improvisadas casa ambulantes.

La gente de postín que vive por el barrio, esta horrorizada; sus delicadas retinas no comprenden este desmadre estético en una zona, donde me asombra ver al personal de servicio doméstico -con cofia y uniforme- bajar al super para hacer la compra a su señora.

Para muchos de estos que se alzan jueces del orden y las buenas formas, quizá es mas comodo aparcar a sus mayores en una clínica de lujo e ir a verlos un momento, sin perder nunca la compostura ni el glamour.

En este abismo de mundos, entro en la sensibilidad de estas gentes, los gitanos, que no abandonan nunca a los suyos, que no se mueven de la puerta de la clínica, que denotan en su rostros preocupación y cansancio.


¿Está cerca la integración, la convivencia?.

No lo sé, hoy solo me quedo en los sentimientos.