Después de 28 años en coma, la rica herededa Martha (Sunny) von Bülow ha muerto este sábado en su residencia en el Alto Manhattan.
Dicen que a pesar de no mostrar ningún signo de actividad cerebral, Sunny vivió su letargo con un cuidado exquisito, rodeada de flores frescas y las fotos de sus hijos, y vigilada por un equipo de enfermeras y, en ocasiones, por agentes de seguridad privada.
Se encontraba así, desde que fue encontrada en el baño de su casa inconsciente, su segundo marido el conde Claus von Bülow, fué el principal acusado, ya que presuntamente también había intentado acabar con su vida en dos ocasiones mas.
Esta vez, pudo ser inyectandola sobre dosis de insulina.
Si en un primer juicio en 1982, el conde fue hallado culpable y condenado a 30 años, un segundo juicio en 1985 con un magnifico equipo de abogados, entre los que se encontraban estudiantes universitarios, lograron su total absolución.
El misterio, permanecerá siempre, como esos casos que no se descubren jamás y en los que el dinero y el poder juegan un importante papel.
Sunny pasó la vida durmiendo hasta su muerte, aunque esta vez, no fue como los cuentos y ningún príncipe llegó a tiempo de besarla y devolverla a la vida.
El cine lo recogió en una magnifica película, donde el atractivo Jeremy Irons, se encarga de alimentar el morbo y la leyenda del apuesto conde Claus.
Sin duda una interesante noticia para reflexionar sobre la eutanasia y la abogacia ¿no creeís?.
Dicen que a pesar de no mostrar ningún signo de actividad cerebral, Sunny vivió su letargo con un cuidado exquisito, rodeada de flores frescas y las fotos de sus hijos, y vigilada por un equipo de enfermeras y, en ocasiones, por agentes de seguridad privada.
Se encontraba así, desde que fue encontrada en el baño de su casa inconsciente, su segundo marido el conde Claus von Bülow, fué el principal acusado, ya que presuntamente también había intentado acabar con su vida en dos ocasiones mas.
Esta vez, pudo ser inyectandola sobre dosis de insulina.
Si en un primer juicio en 1982, el conde fue hallado culpable y condenado a 30 años, un segundo juicio en 1985 con un magnifico equipo de abogados, entre los que se encontraban estudiantes universitarios, lograron su total absolución.
El misterio, permanecerá siempre, como esos casos que no se descubren jamás y en los que el dinero y el poder juegan un importante papel.
Sunny pasó la vida durmiendo hasta su muerte, aunque esta vez, no fue como los cuentos y ningún príncipe llegó a tiempo de besarla y devolverla a la vida.
El cine lo recogió en una magnifica película, donde el atractivo Jeremy Irons, se encarga de alimentar el morbo y la leyenda del apuesto conde Claus.
Sin duda una interesante noticia para reflexionar sobre la eutanasia y la abogacia ¿no creeís?.
