En estos días de vorágine, se multiplican los compromisos de comidas,cenas y copas, en nombre de la Fraternidad y las Fiestas Navideñas.
Puede que sea un tópico, pero bien realista, el que uno tenga que compartir mesa y mantel con gente que quizá apenas conoce, o en el peor de los casos, hasta le es completamente incompatible y hasta desagradable.
¿En nombre de qué nos sirve hacer este tipo de "sacrificios sociales"?.
Estas fechas, son para compartir realmente un buen rato con personas afines y queridas, quizá un tiempo que en la frenética vida cotidiana no te da tregua ni ocasión para reunirte con ellos.
Feliz momento he vivido con mis compañeras y amigas de partido, de modo alternativo, con un maravilloso codillo preparado por la experta cocinera Pilar, un ambiente festivo y alegre, donde no faltó ni música, ni brindis ni incluso reflexiones políticas...¿Por qué no?.
Hubo tiempo para todo y cada una dimos lo mejor de nosotras.
Reconozco la necesidad de ciertas situaciones de compromiso, en estos días, pero de veras os aconsejo que cumplaís el evento con corrección y diplomacia y luego compartáis con todo el afecto e ilusión un buen rato, con vuestros amigos del alma.
