lunes, 13 de abril de 2009

Corín y el reposo



Tenía 14 años cuando el que era mi médico particular, (hoy conocido y reconocido forense José Antonio Garcia Andrade), recomendó a mi familia que permaneciera de reposo, nada menos que un par de meses de aquel estío de 1975.

Por lo visto, una enfermedad que denominan -velocidad en la sangre- y que no entendía muy bien que era, fue la causante de dicho encierro en mi casa, lejos del mundanal ruido.

Recuerdo que fueron muchas las visitas de familiares y amigas que venían a darme apoyo y entre ellas, no recuerdo muy bien quien, me dejó una colección de novelitas de Corin Tellado.

Pude haber emulado a los clásicos y famosos escritores, que durante periodos de convalecencia, dedicaron su reposo a leer clásicos o crear esbozos de sus obras...pero no fue asi, no, al menos en esta pausa de mi vida.

Los días pasaban lentos y calurosos en mi cárcel de almohadones y junto a mi me acompañó la rosa lectura de Corin, tristemente fallecida recientemente, con cierto dolor de no ser reconocida como escritora seria, tras 4.000 obras y traducciones en todo el mundo.

Será porque la novela de amor no se considera tan válida como los escritos de economía, filosofía o sociedad.

Guardo el dulce recuerdo, de aquellos amores apasionados, llenos de trabas e impedimentos, que procuraban salvar todo tipo de dificultades; esos besos cálidos y prolongados, que no se si del todo curaron la velocidad de mi sangre o la aceleraron mas...

Descanse en paz, Corin, eterna creadora de novelas de amor.