martes, 4 de agosto de 2009
Expresivos y frívolos
Buscando un poco descargar de contenidos demasiado concienzudos para estas fechas, os traigo una entrevista a Ana María Matute, publicada hace unos días en un medio de prensa gratuita y que sin duda, por lo conciso y claro, da una fiel imagen de la opinión que tiene la escritora sobre la ciudad.
De Madrid, frenética todo el año y algo mas relentizada en el relajado agosto, es difícil no tener una impresión, mejor o peor, pero bien definida.
Matute define a grandes rasgos al madrileño: abierto, expresivo y frívolo.
Sin caer en la generalización, como ella bien apunta, si coincido con estos adjetivos, esa solidaridad con el que llega y la sensación de no sentirse nunca extraño en Madrid.
Pero también ese puntito alocado y febril de querer comernos el mundo, de poner pasión en lo que hacemos, a veces con mejores o peores resultados y sin medir mucho la consecuencia, en definitiva: frivolamente.
Pero además de este peculiar rasgo del madrileño, esta ciudad destaca por un aspecto estético inmortal e intemporal, porque a pesar de las modificaciones, modernidades y lavados de cara que el tiempo ha ido dejando en ella, hay rincones por los que parece que no han pasado los años.
Así os dejo hoy, esta radiografia de Madrid, con las agudas reflexiones de A.M Matute y la imagen que capté esta misma primavera durante la feria del libro, realmente, intemporal, mágica y porque no...frívola desafiando cual Dorian Gray al paso del tiempo.
Ana María Matute: "Los madrileños son muy expresivos, pero frívolos"
S. GOZALO. 27.07.2009.(20minutos).
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de Madrid?
La calle José Abascal, donde mis padres tenían un piso. Lo alternaban con el de Barcelona.
La mejor banda sonora para disfrutar de la ciudad es...
Las verbenas y los tiovivos de antes de la guerra.
Cuando cierra los ojos y piensa en la capital, ve...
Épocas buenas y malas. Los magníficos recuerdos de la infancia y otros que no lo son tanto.
¿Qué época del año le sienta mejor a la ciudad?
Todo depende. Quizá el otoño, pero también la primavera.
¿A qué huele Madrid?
Recuerdo la Castellana mojada por la lluvia.
¿A qué sabe?
A la leche merengada de la niñez.
Las mejores vistas de toda la región están en...
En los alrededores de la sierra. Aunque la Plaza Mayor y Cibeles siguen teniendo todo el encanto.
Pero más vale no dejarse caer por...
No se me ocurre ningún lugar que no merezca la pena de la ciudad.
Ama Madrid...
En la feria del libro. No hay nada como el ambiente de El Retiro esos días.
Pero le desquicia...
Recordar la miseria de la posguerra y el Café Gijón antaño.
¿Cuál fue su último viaje en metro?
Ni lo sé. Pero sí me acuerdo del tranvía que cogía en Recoletos.
Una excursión que todo el mundo debería hacer...
"Los amantes de la historia no deben perderse El Escorial, es una visita obligatoria".
¿Qué edificio madrileño no se cansa de admirar?
El Museo del Prado, la Puerta de Alcalá y El Retiro.
Tómese un desayuno castizo: ¿con churros o porras?
Los churros, por supuesto, en sus juncos verdes.
Recomiende una película ambientada en Madrid.
No me pida tanto...
¿Y un libro?
Esto es más fácil, mi última novela, por ejemplo, Paraíso inhabitado. La ciudad vista a través de los ojos de una niña antes de que estallara la guerra.
Súbase al carro de los tópicos, ¿cómo son los madrileños?
Mire, frente al catalán que es muy reservado y firme, el madrileño es una persona muy abierta, muy expresiva, pero al mismo tiempo es bastante frívolo, pero no se puede generalizar.
BIO: Nació en 1926 en el seno de una familia de la burguesía catalana. Vive en Barcelona, tiene un hijo y en 1998 entró en la Academia.