Ya nada asusta en el mundo de la publicidad.
El afan de subir las ventas, innovar o impactar parece una frenética carrera donde poco importa la estética, pero menos aun la ética.
Pero en está ocasión, la firma MAC- Rodarte, de Estee Lauder, ha superado todos los limites y las reglas.
A esta firma de potingues varios, no se le ha ocurrido otra cosa que crear una campaña inspirada en los crímenes de las mujeres de Ciudad Juarez.
Y asi, se permiten el lujo de bautizar algunos de sus productos con nombres como: fábrica, páramo, quinceañera.
Maquillajes de adolescentes cadavéricas, sombras de ojos con color de sangre y tierra, apología a la muerte y la impotencia de tantas desaparecidas y asesinadas de esta tierra sin ley.
Quizá porque me comprometí con este tema, y tuve ocasión de conocer personalmente a los abogados que llevaron el primer caso a un tribunal internacional, no he podido evitar la indignación y la rabia al ver noticias como esta.
No sé que tipo de mujer puede estar interesada en parecerse a una desdichada e indefensa victima de esta violencia sin control, emulado su aspecto con cuatro menjunjes.
Ahora la firma ante la pólemica, rectifica y hasta ofrece una compesación a las familias de las victimas.Demasiado tarde.
Señores, la próxima vez, inspirense en florecillas, prados verdes o búcolico ganado pastando y piensen un poco en la sensibilidad de las personas.