A pesar de que en 1966 EEUU dijo que se habían llevado toda la tierra contaminada en un avión, tras el accidente nuclear, hoy despertamos con la noticia del hallazgo de dos zanjas con tierra altamente radioactiva.
Estas, pudieron ser ocultadas por el ejercito estadounidense y se hace necesario que vuelvan a por "la tierra que les queda".
Según Teresa Mendizábal, directora del Departamento de Medio Ambiente del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) las dos zanjas aparecidas tienen tres metros de profundidad media (en zonas llega a cinco) por 10 metros de ancho y 30 de largo.
Su ubicación está a las afueras de Palomares junto al cementerio.
Es justamente donde cayó una de las dos bombas termonucleares que liberaron plutonio y uranio.
Tras el accidente EE UU instaló allí su campamento para los militares que limpiaron la zona. Pero antes de partir, no terminaron de limpiar bien la zona y enterraron los restos radioactivos en las dos zanjas
Seguiremos el desarrollo de la noticia, pues ha pasado demasiado tiempo para encontrarnos ahora con este "tipo de desagradables sorpresas" que superan el anecdótico baño de Fraga.
