Hoy leo en la prensa que ha sido detenido un carnicero en Barcelona, por falsificar etiquetas, no cumplir las normas higiénicas y vender a diez restaurantes y cuatro residencias geriátricas casi 2.000 kilos de carne de cerdo haciéndola pasar por solomillo de ternera.
Es realmente triste, que se intente colar gato por liebre precisamente a personas, que se creé menos capacitadas para distinguir la finura de un solomillo de ternera por uno de cerdo.(Como es el caso de las personas mayores que se encuentran en una residencia).
Pero igualmente irritante, querer hacerlo pasar por un plato exquisito en un restaurante, donde seguro, la factura, si nota la diferencia de una carne a otra.
No es el primer caso, ni seguramente será el último.
Es realmente triste, que se intente colar gato por liebre precisamente a personas, que se creé menos capacitadas para distinguir la finura de un solomillo de ternera por uno de cerdo.(Como es el caso de las personas mayores que se encuentran en una residencia).
Pero igualmente irritante, querer hacerlo pasar por un plato exquisito en un restaurante, donde seguro, la factura, si nota la diferencia de una carne a otra.
No es el primer caso, ni seguramente será el último.
Algún que otro madrileño, recordará el escándalo del merendero cuyo nombre omito pues mantiene abierto con el mismo nombre.Eran horas de espera para muchas familias, debido a su gran éxito, para comer sus famosas chuletas a la brasa, que resultaron ser de perros.
En un establecimiento muy famoso de Zaragoza, llamado "La casilla" resulto que también su exquisito conejo a la parrilla , eran mininos.Fue varias veces cerrado por ello.
Al menos, en algo hemos avanzado, y platos como el delirante:"pajarito frito" es al fin una tapa prohibida.
Eso por no mencionar, la leyenda negra de los restaurantes chinos, a los que ahora se agrega la costumbre de salir de noche a robar patos a parques y estanques, para nutrir su carta con el famoso "pato laqueado".
Eso por no mencionar, la leyenda negra de los restaurantes chinos, a los que ahora se agrega la costumbre de salir de noche a robar patos a parques y estanques, para nutrir su carta con el famoso "pato laqueado".
Con la comida, no se juega