Se acabó la poca línea moderada de comunicación de La Conferencia Episcopal con el Gobierno.
Acaba de ser elegido Rouco Varela, lo que supone una vuelta a la intransigencia, a la jerarquía intolerante y al desencuentro.
Poco duró la labor conciliadora del obispo de Bilbao, que de seguro les ha parecido demasiado "blando".
Ahora no hay dudas, sabemos que la línea dura e intransigente, es la que va a tener que vérselas con el nuevo gobierno.
¡Que Dios nos coja confesados!